Ciudad de Panamá, Panamá/En los últimos resultados del Índice Latinoamericano de Transparencia Legislativa, publicados en 2024, la Asamblea Nacional de Panamá recibió una calificación negativa, siendo considerada opaca en cuanto a la transparencia. Este revés puso de relieve los desafíos persistentes en la gestión pública, particularmente en el ámbito legislativo.

A casi un año de esa evaluación, surge la pregunta: ¿cuánto se ha avanzado en la mejora de la transparencia y en el cumplimiento de las recomendaciones?

Desde la Fundación Libertad Ciudadana, una de las organizaciones más críticas de la falta de apertura, se señala que los avances hasta ahora son limitados. A pesar de los esfuerzos por hacer más accesible la información, aún persisten problemas graves en la gestión interna de la Asamblea. Olga de Obaldía, representante de la Fundación, indicó que no basta con la declaración de intenciones.

“No es una actitud, no es decir ‘somos un parlamento abierto’, es un cambio real en la forma en la que el Parlamento gestiona su presupuesto, su planilla, su información, la información patrimonial, la declaración de intereses, en cómo manejan la relación con el ciudadano y cómo manejan la publicación de estos datos” subrayó de Obaldía.

Una de las áreas más controvertidas en cuanto a transparencia ha sido el incumplimiento de la Asamblea Nacional con un fallo de la Corte Suprema de Justicia, que prohíbe el pago a diputados suplentes que no desempeñan funciones específicas y que figuran en la planilla por otras razones. A pesar de la sentencia judicial, medios de comunicación locales han reportado que la Asamblea no ha acatado este mandato, lo que refleja la falta de disposición para implementar reformas profundas.

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En este contexto, Panamá fue sede de un encuentro internacional sobre los avances y las oportunidades para la apertura legislativa, que contó con la participación de senadores de varios países de la región. Durante este foro, se destacó la necesidad urgente de un modelo de parlamento abierto, no solo en Panamá, sino en toda Latinoamérica.

Los participantes coincidieron en que el acceso a la información y la rendición de cuentas son cruciales para fortalecer la democracia y la confianza ciudadana en las instituciones.

Si bien el camino hacia una Asamblea Nacional más transparente y accesible ha mostrado algunos progresos, la falta de un compromiso firme con reformas estructurales sigue siendo un obstáculo para lograr una verdadera apertura legislativa. La sociedad panameña sigue esperando un cambio tangible en la gestión del Parlamento, que no se limite a discursos, sino que se traduzca en prácticas concretas que fortalezcan la confianza pública.

Con información de María De Gracia