Economía

Mejorando nuestro modelo económico

Publicado

el

Como parte de mis asignaciones en una clase sobre los fundamentos filosóficos de la justicia económica, para obtener un certificado en justicia social en la universidad de Harvard, elaboré un ensayo sobre el desarrollo de un sistema económico justo, analizando los aportes de diferentes filósofos y economistas de la historia occidental.

Luego de leer las opiniones y propuestas de importantes economistas nacionales tales como Felipe Chapman, Maribel Gordon, Felipe Argote, Domingo Latorraca, Dulcidio de la Guardia, Horacio Estribí, Ernesto Bazán, Carlos Araúz y José Antonio Gómez, entre otros, me gustaría aportar a la discusión nacional desde la perspectiva de los jóvenes que no tenemos espacio de influir en las decisiones que se están tomando y que, sin duda, están afectando nuestro presente e impactarán nuestro futuro.

Nuestro sistema económico necesita reformas que van más allá de poner curitas a los problemas estructurales. La economía de Panamá, en esencia, desincentiva los esfuerzos que fomentan el desarrollo humano sostenible. Por lo tanto, deberíamos empezar la discusión sobre los cambios que queremos en nuestro país discutiendo los valores comunes que deseamos adoptar, para luego poder encontrar soluciones a los verdaderos retos del país.

Como base para mejorar el modelo económico panameño, podríamos considerar partes del igualitarismo radical que promueve el filósofo Kai Nielsen. Nielsen nos invita a buscar que la justicia nos haga sentir satisfechos y, al mismo tiempo, lo suficientemente insatisfechos para que sigamos aspirando por el bien común.

Por otro lado, el enfoque de capacidades del profesor Amarthya Sen nos propone no distraernos simplemente en aumentar nuestra producción material sino en cómo ésta nos puede permitir satisfacer las necesidades, libertades y propósitos personales y comunes que tenemos. El profesor Sen también sustenta que tener derecho a la libertad de expresión, educación o a una vida digna no vale mucho si no tienes la capacidad de ejercer esos derechos.

Despertarse todos los días buscando un salario básico, educación básica, salud básica o vivienda básica no es lo mismo que despertarse con la certeza que podemos alcanzar todas nuestras aspiraciones porque existen los pre-requisitos para lograrlas. Con las necesidades básicas garantizadas, nos animaríamos a arriesgarnos más para crear nuevos emprendimientos ya que nuestras necesidades básicas y las de nuestras familias no se pondrían en riesgo y seriamos recompensadas justamente por nuestros esfuerzos.

Entonces, la discusión de un modelo económico más justo va mucho más allá de repetir frases tales como que un sistema justo es una asignación de “recursos escasos a usuarios que compiten entre sí” (que es lo que escuchamos de muchos economistas) o de asignar un descuento temporal en artículos de primera necesidad como lo vemos en la mesa del diálogo. Con esto quiero decir que no veo la posibilidad de enfrentar el reto socio-económico de Panamá sin hacer reformas institucionales para crear las condiciones o un modelo económico más equitativo que permita a los panameños despertarse todos los días con la seguridad de que pueden vivir al máximo de sus capacidades.

Considero que un modelo económico ideal debe estar basado en al menos estos tres valores: Equidad (no todos necesitamos lo mismo, algunos necesitan más), igualdad de oportunidades (no de resultados) y desarrollo sostenible.

Propongo un ajuste del presupuesto general del Estado para identificar áreas donde se pueden reasignar recursos como en las grandes obras públicas, las cuales deberían ser llevadas adelante mediante Alianzas Públicas-Privadas (APP), en el que el Estado tenga un mayor control.

Para disminuir las oportunidades para actos de corrupción, estas grandes obras deben ser licitadas internacionalmente por entidades expertas que brindan estos servicios. Los recursos disponibles podrían entonces usarse para modernizar el sistema educativo (tomando como referencia modelos educativos escandinavos), invertir en salud preventiva y crear un programa de ingreso básico universal condicionado pero enfocado en las zonas de mayor pobreza. Estas son algunas ideas que van de la mano con valores para mejorar nuestro modelo económico en pro de un país que nos haga sentir orgullosos de verdad.

En conclusión: Se requieren cambios para que nuestro sistema económico se base en discusiones profundas sobre el tipo de sociedad que aspiramos ser y no en discusiones sobre temas que -aunque impostergables- están siendo discutidos como si no existieran problemas sociales de gran profundidad en cada uno de ellos.

En realidad, la economía de Panamá como todos sabemos promueve un sistema económico injusto. Por ello, el primer paso para reformar nuestro país debe ser analizar y encontrar los valores comunes a los que queremos aspirar. Sólo a partir de ahí podremos reducir la desigualdad y todos los otros males que vienen con ella y que afectan a la mayoría de los panameños.

La entrada Mejorando nuestro modelo económico se publicó primero en ElCapitalFinanciero.com – Noticias Financieras de Panamá.

Tendencias

Salir de la versión móvil