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Denuncias por violencia doméstica y a menores se dispararon en marzo

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El aumento en los casos de violencia doméstica registrado en el mes de marzo, no solo es superior al del año pasado, como había anunciado la semana pasada el director de la Policía Nacional, Gabriel Medina.
Según estadísticas del Ministerio Público, el incremento en estos casos fue, incluso, superior al presentado en el mes de marzo de 2019, cuando no había pandemia.
En marzo de 2019, se presentaron 1,380 denuncias por violencia doméstico, cifra que cayó en marzo de 2020 a 1,140.
Hay que recordar que las restricciones de movilidad por la pandemia de covid-19 comenzaron a ejecutarse en la segunda mitad de ese mes, luego que se registrara el primer caso del coronavirus, el 9 de marzo.
La cantidad de denuncias de ambos años fue superada por la de 2021, cuando se presentaron 1,556.
Si comparamos la cifra de denuncias de violencia intrafamiliar presentadas en el primer trimestre, este año supera a los dos anteriores.
En 2019, se presentaron 4,118 denuncias en los tres primeros meses del año, cifra que se elevó a 4,225 en 2020, y a 4,264 en este año.
Maltrato a menor
Las estadísticas por violencia a menores de edad también han subido drásticamente en este año.
Si se compara con el año pasado, el incremento ha sido de 37%.
En los tres primeros meses de 2019, se presentaron 627 denuncias relacionadas con violencia a menores de edad, cifra que tuvo una leve disminución en 2020, cuando fueron 605.
No obstante, en este año los números se elevaron a 830 denuncias, destacando el mes de marzo cuando se presentaron 340.
Por violencia a adultos mayores, una estadística de reciente incorporación en los informes que presenta el Ministerio Público, ha habido un ligero aumento si se comparan los tres últimos meses de 2020, cuando hubo 74 denuncias y los tres primeros meses de 2021, cuando se presentaron 80.
Incertidumbre y ansiedad
El criminólogo Carlos González advirtió que entre los factores que inciden en la comisión de la violencia, hay que tomar en cuenta los preparantes, que son los relacionados con el contexto social, que precipita la expresión de esta condición en una persona, ya sea por depresión e incertidumbre.
“Solamente tenemos que ver cuántos desempleados hay en el país. Ya ese es un factor preparante, la incertidumbre de cuándo me voy a poder reintegrar”, explicó el profesional.
Ante ese escenario, González manifestó que solo falta una chispa, que puede ser el reclamo de un familiar, para que haya un detonante que se manifieste mediante la violencia.
El criminólogo es de la opinión que en estos momentos en que la familia está siendo muy afectada por la crisis económica, provocada por la pandemia, se necesita el apoyo de expertos como trabajadores sociales, psicólogos, psiquiatras y médicos familiares, para evitar que estas cifras continúen en aumento.

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