Jimmy Guerra, rescatista de la ONG SAR    Panamá, revela uno de los momentos más duros de su vida durante las evacuaciones producto de las inundaciones ocurridas en los distritos de Tierras Altas y Renacimiento, Chiriquí.
 
“Eran como la 1: 30 de la tarde del 4 de noviembre y fuimos a Tizingal a sacar personas de la zona de peligro y encontramos a cuatro muchachos y procedimos a evacuarlos, pero la salida se nos complicó porque varios afluentes y dos deslaves nos cortaron el camino de salida incluyendo una trocha que habíamos hecho”, recordó Jimmy Guerra.
 
El rescatista agregó que antes de que el río y los deslaves nos acorralaran más en una especie de isla empezamos a caminar en fila, pero un derrumbe se vino contra nosotros y de llevó a dos de los jóvenes que estaban en el medio. “Solo me quedó tiempo para abrazar al otro evacuado y agacharnos, sentía cuando las piedras me caían en el casco y solo decía Jesús ten piedad de nosotros”, dijo.
 
Jimmy Guerra asegura, que pensó que los cuatro, incluyendo a su compañero de rescate, habían muerto, pero cuando pasó la riada levantó la cabeza y vio que había logró pasar la zona de peligró con otro de los evacuados.
 
“Como el ruido del río no nos dejaba escuchar, le pregunté por señas por los otros dos muchachos y ahí nos percatamos que se los había llevado el deslave y murieron”, relata entre lágrimas este rescatista.
 
“Fue tan impactante ese hecho, nunca había sentido un temor tan grande y saber que dos personas que acababas de conocer habían desaparecido frente a mi y no los volverías a ver. El otro muchacho y yo nos salvamos porque un árbol evitó que el lodo, los troncos y las piedras nos arrasaran, quedamos en una islita. El deslave se dividió en dos partes”, relató.
 
“Mi compañero que estaba del otro lado encontró un cable y lo unimos a una soga que yo cargaba y pudimos salir”, asegura Jimmy Guerra.
 
Mientras eso ocurría en Tizingal, Ovidio Portugal presidente de la ONG SAR Panamá y su compañera Anabel Ríos, el comisionado Salamanca, El capitán Terán, otros miembros de la Policía Nacional y Luis Morales, de Sinaproc, quedaban atrapados en Bambito, donde el río se llevó la calle, mientras cuidaban a unas 200 personas entre niños y adultos. “El día siguiente pudimos salir por una trocha que abrieron por la montaña”, asegura Anabel Ríos.
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Otro de los testimonios de los miembros de SAR Panamá, quienes trabajan en coordinación con Sinaproc, la Policía Nacional y otros estamentos de seguridad fue el de Salvador Martínez, quién participaba de un retén que evitó que Bambito se saturara de autos y personas, de lo contrario la tragedia hubiese sido mayor. Mientras hacía esa labor su casa fue inundada por la quebrada La Bruja en Paso Ancho.
 
Ovidio Portugal, por su parte fue testigo paso a paso de lo ocurrido en Bambito, corregimiento de Paso Ancho. Él estuvo desde el primer llamado por un derrumbe en Nueva Suiza.
 
“El momento más estresante para mi fue enterarme que mis compañeros en Tizingal necesitaban ayuda, pero no podía hacer nada, porque me quedé atrapado en Bambito, después que el río Chiriquí Viejo destruyó parte de la carretera hacia Cerro Punta. Tuvimos que hacer una fogata y quedarnos hasta el día siguiente para poder evacuar a través de una trocha por un cerro a varias personas” dijo Portugal.
 
“Otro de los momentos difícil para nosotros en SAR Panamá, fue enterarnos que al compañero Salvador Martínez, se le inundó su residencia mientras participaba de las labores de prevención y rescate en el área de Bambito”, manifestó Ovidio Portugal.
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“Tres días de acumulación de lluvia influyó mucho en la tragedia, pero la mano del hombre también afectó por la deforestación y el mal manejo de la basura entre otros factores, afirma Ovidio Portugal.