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'Hay que atraer a más casas fabricantes de medicinas'

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La pandemia ha trastocado toda la programación que tenían los sistemas de salud pública que operan en el país.
Sin embargo, un asunto que, de por sí, ya demostraba falencias antes de la crisis sanitaria, era el relacionado al abastecimiento de medicamentos.
En el caso del mayor comprador, la Caja de Seguro Social (CSS), según información brindada en mayo, el desabastecimiento rondaba el 13%, porcentaje que pudo haberse elevado, desde entonces.
Ante un problema que data de varios años, se suman otros factores que, a juicio de los representantes de distribuidores y fabricantes de estos productos, están llevando a la CSS a gastar más, con tal de satisfacer la demanda de los pacientes.
Para Lucas Versbolovskis, de la Asociación de Representantes y Distribuidores de Productos Farmacéuticos -Aredis- una solución inmediata para enfrentar la carencia de medicinas es que la CSS entregue los contratos de la licitación de precio único que se realizó en el mes de febrero.
Luego de ocho meses, esto no ha sido posible, lo que para Versbolovskis no se entiende y no ve otra alternativa.
“Que los fabricantes hagan un esfuerzo para mandarlas (las medicinas) antes, porque son 60 días para las entregas; lo ideal sería sacar los contratos y que la entrega de los documentos de cuentas por pagar se realice en enero”, propuso el experto.
Si no procede de esa forma, la institución se vería obligada a comprar afuera, lo que es más oneroso, con tal de que la población no quede desprovista de medicamentos.
Esto es un paliativo para frenar el desabastecimiento, mientras se encuentran soluciones a largo plazo, las cuales son estudiadas por una comisión técnica instalada en la Asamblea Nacional para hacer cambios a la Ley de Medicamentos.
Atracción
Sin embargo, otro problema se avecina para el sector, sino se emplean políticas para revertirlo.
El representante de Aredis advirtió que hay que hacer todo lo posible para atraer nuevos fabricantes al país, debido a que está ocurriendo todo lo contrario y ya hay experiencia con una casa farmacéutica que se fue de la región.
“Hay un gran laboratorio, Eli Lilly, que fabrica insulina y está en otro producto sofisticado, y se va de Latinoamérica, excepto Brasil, Colombia y México y los productos se los ha concesionado a un fabricante argentino. El producto va a seguir viniendo, pero va a haber que hacer una transformación, y sacar un nuevo registro sanitario”, explicó Versbolovskis.
A su juicio, la empresa se va de Panamá porque no le ve futuro, y el país no le quiere ni siquiera tomar en cuenta las moléculas que existen de nuevos productos, y alertó que así hay otros laboratorios.
“Veo con preocupación que grandes laboratorios que están en Panamá, parte de su cartera de productos la están vendiendo o dejando de traer”, dijo el representante de Aredis.
Altos costos
Cuando el medicamento falta en la CSS, el paciente se ve obligado a comprarlo en farmacias privadas.
Lucas Versbolovskis tiene su teoría del porqué las medicinas salen caras en el mercado local, sin embargo, lo que ocurre en el sistema de salud pública puede incidir en los precios en dos situaciones.
La primera, que es la más común, es cuando un producto de alto consumo no se encuentra en las farmacias de la CSS.
“Sobretodo con los (medicamentos) baratos. Eso hace que el producto se agote y el faltante que hay en la CSS, también determina el faltante en las farmacias privadas”, sostuvo.
El otro caso que incide en los costos en el sector privado, es cuando la CSS no le paga a tiempo al proveedor.
“El proveedor es el que da el crédito, pero tiene reglas que cumplir. Hay una ley en Estados Unidos en que el crédito tiene un límite. ¿Qué hace el fabricante? Cierra el crédito y eso afecta el mercado privado, describió.
Aspecto legal
Con lo explicado por el representante de Aredis, queda la pregunta de si ese sector considera conveniente actualizar la ley de medicamentos.
“Mucha gente tiene miedo, cuando le dicen que van a reformar la ley, porque uno no sabe que van a hacer; saben la intención a la hora de entrar, pero no sabe como va a salir ese producto”, indicó.
Sin embargo, ve viable cambiar el hecho de que la ley pone en el mismo ‘saco’ a medicamentos, insumos y equipos.
“No hay que ser muy brillante para saber que un medicamento es diferente de un equipo”, señaló.
Mientras se trabaje en una ley bien pensada, con buenas intenciones y buena voluntad, esta será útil, siempre y cuando los diputados “no hagan barbaridades”, manifestó el representante de los distribuidores y fabricantes de medicamentos.
Pero, más allá de la actualización legal, Versbolovskis apunta como necesario que los sistemas de la CSS se modernicen para agilizar las compras y eliminar las trabas burocráticas.
“Para mi es inconcebible como, tantos años después, la CSS no tenga sistemas informáticos adecuados”, opinó.

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