Un grupo de personas se queja de que a pesar que la suspensión de sus contratos fue registrada en el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral, los bancos los acosan con llamadas y mensajes exigiéndoles que se pongan al día en sus obligaciones bancarias.

A Panamá América han llegado diferentes quejas al respecto, de personas que culpan al Mitradel por no tener una plataforma eficiente que garantice una comunicación fluida con los bancos, para que estos estén anuentes de que los trabajadores no están recibiendo ingresos.

Sin embargo, los bancos les cobran sus préstamos y los amenazan con aplicarles recargos.

Muestran, incluso, las resoluciones de la Dirección General de Trabajo, como es el caso de la empresa Servicios Notariales Diógenes Arosemena, que certifica que efectivamente sus contratos están suspendidos provisionalmente.

Agregan que tampoco se les ha hecho llegar la ayuda que contempla el programa Panamá Solidario, a pesar de que la solicitud se hizo formalmente en el Mitradel, cuando se inscribió la suspensión de sus contratos laborales.

Sostienen que están sobreviviendo a duras penas con lo que les queda del Décimo Tercer Mes y las vacaciones proporcionales que les pagaron al principio de la pandemia.

Los afectados culpan al Mitradel porque los bancos aducen, que en sus investigaciones, certificaron que los contratos aparecen como vigentes aún.

Añaden que muchos empleados enfrentan esta situación, no porque no quieran trabajar, sino debido a que el Gobierno ordenó el cierre total de sus operaciones por la pandemia de COVID-19.

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Otras empresas afectadas por la pandemia decidieron cerrar sus operaciones temporalmente porque no reciben ingresos y esto les imposibilita hacer frente al pago de sus obligaciones laborales.

Afectados enviaron documentación a Panamá América que demuestra que sus patronos les comunicaron al Mitradel la suspensión de contratos.