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Una historia de bonanza en medio de la pandemia

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Los hermanos Luzdayri y Edward Guevara cuentan que desde hace cinco meses que llegó este virus al país, sus clientes les han exigido no solo los servicios de fumigación, sino también de desinfección por la COVID-19, lo que los obligó a reinventarse en el negocio, el cual manejan junto a su padre.

Luzdayri Guevara, quien es la supervisora encargada de la empresa, mencionó que ellos solo se dedicaban a fumigar insectos.

“Antes de la pandemia las personas no solicitaban el servicio de fumigación día a día, como algo que requerían o consideraban importante, mas bien lo hacíamos como un control de plagas, porque este tipo de servicio es importante por los reglamentos de ley que solicitan las autoridades”, detalló Luzdayri.

Con la propagación del virus les tocó capacitarse con el Ministerio de Salud (Minsa), sobre la forma correcta para desinfectar lugares contra la COVID-19.

“Al llegar la pandemia a nuestro país, como empresa responsable, nos tocó capacitarnos, porque nuestros clientes comenzaron a solicitar el servicio. Empezó hacer necesario realizar la desinfección para protegerse del tema de la COVID-19”, destacó.

Solicitaron un permiso al Ministerio de Salud para capacitarse junto con todo su personal, para poder brindar un servicio de calidad. Actualmente, los clientes que están manejando son fijos, que ya están en la base de datos; además de otras personas que han tenido que lidiar con esta terrible situación y se han visto afectados en sus casas.

Pese a que la situación económica está complicada para muchas personas, para ellos el trabajo incrementa con el paso del tiempo.

Antes las personas los llamaban cuando veían un insecto en sus casas, ahora lo hacen para proteger a sus familiares, lo ven como una necesidad y lo incluyen dentro de sus prioridades. No fumigaban muchas casas o residenciales, eran más empresas por requerimiento de la ley, restaurantes cada dos meses, locales comerciales, oficinas y construcciones cada tres meses. Ahora las personas llaman para fumigar sus casas y autos, que no era algo tan frecuente.

“Yo fumigaba un auto cada cuatro a cinco meses, hoy día hay personas que me llaman a diario que quieren desinfectar sus autos, sus casas y ya lo han tomado como prioridad”, dijo Luzdayri.

De fumigar construcciones, ahora también desinfectan negocios y casas de personas que han tenido un familiar con COVID-19.

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“Al llegar a una residencia donde se ha dado un caso de COVID-19 es algo muy triste. Vamos al lugar conscientes de que la enfermedad está ahí”, enfatizó.

Sin riesgos de contagiarse

Luzdayri asegura que cuentan con todos los equipos de trabajo para realizar una desinfección altamente profesional. “El personal se coloca un overol desechable, mascarilla, lentes de protección, guantes y una careta para poder entrar.

Cumplido el trabajo, se quitan el equipo con cuidado, se coloca en una bolsa y luego es botado en un lugar seguro. Es regla que no se monte nada en la parte delantera del auto, se desinfectan las máquinas y todo es colocado en la parte trasera del vehículo, tipo pick up.

Proceso de desinfección

Edward Guevara, técnico en fumigación y desinfección, indicó que están certificados y avalados por el Minsa como empresa, con la idoneidad para poder realizar este trabajo de la forma correcta y como es establecido.

Explicó que luego de colocarse todo el equipo con las medidas de seguridad necesarias, primero se desinfectan, para no contaminar nada de lo que hay dentro del lugar. Los productos que usan deben cumplir los parámetros que exige el Minsa. En su mayoría son a base de amonio cuaternario con una concentración mínima de 5.5.

Son muy estrictos al cumplir los parámetros para que no haya ningún tipo de afectación, tanto de parte de la empresa como el servicio que se presta. Usamos sanitizadoras de aspersión que son nebulizadoras en frío o mejor conocidas como máquinas de volumen ultra bajo, que desinfecta y mata todo el virus dentro del lugar, expresó.

Aseguró que el trabajo es efectivo, porque el producto mata al virus o las bacterias al contacto. Al terminar la sanitización se les dan unas recomendaciones a las personas, entre ellas la de no limpiar las superficies del hogar por lo menos en un par de horas, para que el producto seque bien.

En el caso de los utensilios de cocina, una vez pasado el tiempo de secado, se deben lavar para evitar que las personas hagan alguna reacción alérgica o intoxicación por el producto que se utiliza. Luego de la desinfección, las personas deben seguir las normas que establecen las autoridades de salud, que son la de desinfectarse antes de entrar a la casa y mantener limpia la vivienda y el entorno.

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