Patricio Garrido de 58 año de edad, paciente de enfermedades crónicas, se contagió de coronavirus en el mes de julio pasado, pero su gran aliado para enfrentarlo y evitar la muerte fueron las dos dosis de la vacuna de AztraZeneca que se aplicó el 30 de abril y el 30 de mayo, respectivamente.
Garrido, de origen chileno, relata que no sabe todavía cómo se contagió y se define como un hombre muy cuidadoso de las medidas de bioseguridad, pero agradece haber estado vacunado porque pudo enfrentar la covid-19 sin ninguna complicación.
“Mi experiencia con la covid-19 y vacunado con las dos dosis recomendadas, creo más que nunca en las vacunas, si no, no estaría contando esta historia y además encontré puntos negativos y positivos que espero ayuden a otros afectados”, explicó el sudamericano residente en Panamá.
Garrido describe que cuando llegaron las vacunas a Panamá asistió a los predios del estadio Rommel Fernández a inmunizarse porque padece de problemas de hipertensión y cardiovasculares y estaba en la lista de personas en riesgo. “Con fe te digo que las afectaciones fueron leves, cortar y soportables, podía respirar super bien y me hacía en el balcón a tomar aire fresco sin problemas; la saturación de óxigeno en la sangre siempre la tuve bien entre el rango de 95 y 98% “.
Patricio Garrido dice que los primeros síntomas que tuvo fueron una leve congestión nasal, un calor interno; nada de fiebre, pero lo dejó dudando si era el coronavirus o no. El día siguiente aumentó la congestión y acompañada de escalofríos y se tomó la temperatura y marcaba 35 grados en diferentes partes del cuerpo, era normal, pero dentro de la boca le marcaba 37 grados y subiendo hasta que llegó a los 38.8 grados y un fuerte dolor en la garganta. Se fue a hacer la prueba y salió positivo.
Previo a ello, Garrido dice que fue a una clínica privada y el médico le revisó y pese a que tenía muchos síntomas le dijo que dudaba que fuera la covid-19, pero después se confirmó mediante el PCR.
Una vez resultó positivo, el Ministerio de Salud le llamó para brindarle asistencia con el kit de medicamentos y le llevaron lo básico y bolsas de alimentos que asegura son muy completas, y le recomendaron cuarentena de 14 días que él hizo de forma voluntaria, pero lo negativo fue que no hubo ninguna llamada más para ver cómo estaba y tampoco realizaron trazabilidad alguna.
“Yo vivo con mi hija que trabaja para una empresa grande donde hay muchos empleados y nadie vino a hacer la trazabilidad, para fortuna, ella salió negativa y yo mantuve el distanciamiento durante toda la cuarentena en mi casa”.
Los síntomas le duraron a Garrido cinco días y fueron: fiebre alta, dolor de garganta, tos seca, dolor muscular y al final dolor de cabeza. Me daba mucho sueño y dormía hasta tres horas, “para eso hay medicina, para la muerte no, y por ello los invito a que se vacunen”.
Esto demuestra además que las vacunas no impiden que te contagies, pero puedes soportar sin mayores complicaciones el ataque mortal del virus. Hay que seguir cuidándose y no bajar la guarda en ningún momento, afirma Garrido.
“Algo clave en esto es tener paz mental, cero estrés, todo radica en tu mente, cero temor y eso te hará fuerte para batallar contra la covid-19. Alimentarse bien y hacer ejercicios es otro de los complementos importantes para taner una inmunidad alta siempre”, confesó Garrido.
Para la muerte no hay medicina cuando Dios te llama, pero en este caso podemos evitar las afectaciones fuertes del coronavirus aplicándonos las vacunas, no son obligatorias, pero sí ayudan y soy fiel testimonio de ello. Hay que asumir riesgos en la vida y además las vacunas han existido toda la vida, finalizó diciendo Garrido tras ganar una batalla a la mortal infección del covid-19.