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Variaciones en Estrategias de Turismo
Cuando todo parecía indicar que la actividad turística istmeña iniciaría su despegue este verano, la pandemia con sus diabluras retomó la batuta a través de su cepa Omicron, multiplicando los casos en cuestión de semanas para nuevamente yacer a su merced.
Los primeros indicios fueron los abultamientos de casos en Europa, seguidos por Estados Unidos, tema que había sido predicho por el inicio del invierno y las actividades de Navidad y Año Nuevo, que frenaron drásticamente la actividad de cruceros, causando un efecto multiplicador en la industria.
Acá en Panamá no nos quedamos atrás. Lo que prometía ser la luz al final del túnel se disipó rápidamente.
Pareciera mentira que en nuestro ultimo despacho relatábamos la paz, símil al solazo intenso que se vivió en Hawái previo al ataque japonés a Pearl Harbor durante la segunda guerra mundial, durante nuestro crucero de Roma a Miami en diciembre, con cero casos positivos durante 17 días, tomando en cuenta las seis escalas en el camino.
Pero sorpresas nos da la vida, esta semana International Living, en su reporte anual selecciona a Panamá como el sitio #1 para el retiro en el mundo.
International Living es la empresa líder mundial en captar inversionistas, en su mayoría jubilados de Norteamérica, para la compra de propiedades en el extranjero y la promoción de estilos de vida internacionales. Este objetivo lo logran a través de un escueto análisis de las diversas ofertas de destinos, sus atractivos y deficiencias, logrando un índice de medición que les cataloga de forma escalonada.
Posterior al estudio, publican sus resultados y desarrollan seminarios y excursiones a precios asequibles en los sitios seleccionados. A inicios de siglo, Panamá también ocupo el primer escaño en la escala de International Living y su resultado fue sorprendente en el desarrollo inmobiliario de Panamá que gozó de un despegue jamás visto antes.
Panamá, no obstante, no supo aprovechar la bonanza y poco a poco se fue erosionando el interés en su potencial mercado inmobiliario. Ello se debió a varios factores.
Primero y sobremanera, el juega vivo de actores locales en la administración del negocio. Se hicieron muchas promesas y escuetos resultados. La calidad de los bienes ofertados se vio mermada por la entrada al mercado de jugadores buscando una ganancia rápida, tanto en la construcción, que pecó de múltiples deficiencias que podemos palpar en muchos de los inmuebles erigidos durante la época, al igual que inversionistas que adquirían múltiples unidades al anuncio de un proyecto con un deposito ínfimo para revenderlas anterior a su entrega con un atractivo margen de ganancia.
Los gobiernos de turno, por su parte, tampoco colaboraron con la creación de reglas del juego que permitieran la fluidez del crecimiento, ni con la implementación de mejoras en la calidad de los servicios públicos. Ello sirve como lecciones de las acciones a tomar para lograr brillos en esta segunda oportunidad.
Y ¡hay que se trata de tremenda oportunidad! En Estados Unidos solamente, existen 70 millones de jubilados. A raíz de la pandemia de Covid-19, el porcentaje de jubilados ha aumentado considerablemente. Si añadimos a ello el toxico ambiente político que vive ese país, la inseguridad que ello conlleva en la definición de su futuro y los altos niveles de infelicidad de sus ciudadanos, Panamá tiene en sus manos una fantástica circunstancia. De manejar esta situación en forma agresiva, planificando seminarios a lo largo y ancho de la geografía de Norteamérica, exponiendo nuestras ventajas, ya harto conocidas, lograríamos captar no solo elevados niveles de inversión sino también un mantenido flujo de caja sin mermar, al contrario, aumentando los niveles de empleomanía locales, porque los jubilados no trabajan, pero si consumen, aumentando paralelamente las cifras de nuestro alicaído turismo.